“Entidades Celulares” es un estudio bioartístico en curso basado en una visión particular del mundo natural, en la que mediante la aplicación de simetría bilateral a elementos celulares microscópicos se exhorta al sistema de reconocimiento facial del cerebro humano a entablar analogías visuales con patrones y formas del mundo macroscópico.

El BioArtista insertó nuevos genes en células animales para la expresión de color recombinante a través de proteínas fluorescentes. Luego creó un espacio microscópico in vitro que exploró mediante imagenología de células vivas. Las imágenes resultantes (fotomicrografías base) se utilizaron para alimentar una red de arte digital de elaboración propia (no IA) que permitió la traducción de las formas estáticas y los tonos recombinantes presentes en las imágenes, en formas y colores digitales en movimiento, respectivamente (BioArte visual). Finalmente, el productor musical Giank Cerdas (https://www.beatport.com/artist/giank-cerdas/476946/tracks) creó música específica para cada pieza (BioArte audiovisual).

El proyecto se basa en un fenómeno psicológico conocido como pareidolia, que consiste en el reconocimiento de patrones significativos como cuerpos y rostros en información visual aleatoria. De esta manera se subjetiviza la obra para que dependa del sistema perceptivo del cerebro del espectador. Esto personaliza completamente la interpretación de cada trabajo puesto que la misma queda sujeta al bagaje genético, cultural y ontogénico de cada individuo que la aprecie. Es aquí donde se plantea una nueva vertiente en el BioArte, que no solo emplea elementos biológicos en la técnica, sino que además involucra aspectos sociales y epigenéticos del espectador en el proceso artístico. Para evitar la introducción de sesgos provenientes de la propia interpretación del autor, las distintas obras se han nombrado con simples designaciones numéricas.

Esta propuesta es una invitación al espectador a observar, interpretar y reflexionar con cada trabajo, en una modernidad de constante sobreestimulación de los sentidos a través de las pantallas. De esta manera, el sistema contemplativo se convierte en la antítesis del sistema desechable de consumo y abre una ventana a la abstracción y reconexión con el mundo natural que, para muchas personas, actualmente se encuentra delegado a un plano secundario debido a la tecnología. Cada obra representa un portal para que diferentes entidades del subconsciente del espectador se manifiesten.